El escudo, como es habitual, aparece plasmado en el pecho. El escudo del equipo se repite por toda la camiseta como una marca de agua. El famoso terremoto de Lisboa, ocurrido el día de difuntos de 1755 a las nueve de la mañana, servía a Voltaire para protestar por la existencia del mal en general, que no puede ser negada, pues es un hecho, aunque no pueda pasar a ojos de los hombres sin justificación para su sufrimiento ni escándalo para el optimismo ilustrado de la época.