Pero, salvando esas (y algunas otras) excepciones, lo cierto es que, a primera vista, La Movida y la Nueva Ola habían arrasado con todo lo anterior. Incluso el “histórico” Miguel Ríos que, de alguna manera, se había apuntado al movimiento y que gozó de un segundo y crepuscular momento de gloria en el cambio de década, entró en barrena (desde el punto de vista comercial) a partir de 1983. Hacia 1984 todo aquello de los 70 (el Rrollo, el Rock Andaluz, el Rock sinfónico) parecía ser historia.