Y, mientras la mayor parte del rock español engrosó las filas de los «francotiradores» (más relacionados con el punk rock británico que con otra cosa), los argentinos lo hicieron con su propio rock urbano o sinfónico más elaborado. Lo cierto es que ninguno de ellos, ni Aquelarre en la escena sinfónico-urbana, ni Moris y los demás músicos argentinos emigrados a España pretendieron tal cosa, por la simple razón de que nunca (ni siquiera en el periodo «underground» de principios de la década) se había perdido del todo la costumbre de emplear el castellano en el rock español.