Una de las pocas reacciones de las fuerzas republicanas fue el bombardeo de la ciudad el 23 de julio de 1937. Aquel día cinco bimotores Túpolev soviéticos al mando del teniente coronel Jaume Mata Romeu, de las Fuerzas Aéreas de la República Española que habían despegado del aeródromo de Los Llanos de Albacete, arrojaron 18 bombas, las cuales afectaron a diversas construcciones (como el palacio del Mayorazgo, el mercado de abastos, Santa María, las traseras del cuartel de la Guardia Civil, el ayuntamiento y las calles Nido y Sancti Espíritu), causando 35 muertos y numerosos heridos.